Bandzaai

Alguien dijo una vez que todos los genios tienen un punto de locura. En este caso, no sabemos muy bien si estamos tratando con grandes genios o auténticos locos. Lo que sí sabemos es que la música de Me Quito el Cráneo posee ambas cualidades y en esta entrevista nos sumergimos de lleno en su mundo para conocer en profundidad a uno de los grupos más irreverentes y divertidos de la escena musical madrileña.

¿Cómo surgió Me quito el cráneo y cuándo empezasteis a tocar juntos?

Pues viendo los caminos que coge el grupo hace pensar que nos conocimos en un casino de Ciudad Real en altas horas de la noche, jugándonos los ahorros de nuestros hijos al Black Jack, y que después de quedarnos en la ruina atracamos una gasolinera para llevarnos solo las cervezas y beber hasta el amanecer apoyados en un portal oscuro escuchando a los Chichos. Pero aunque hubiera sido fantástico conocernos en esas situaciones, la verdad fue que nos conocimos en la guerra, en bandos contrarios, pero desde las trincheras nos cantábamos rancheras de un lado a otro, hasta que una noche, comunicándonos por morse a través de silbidos pudimos escaparnos los tres juntos, no sin antes rescatar a uno de nosotros del calabozo enemigo, y tener nuestro primer ensayo lejos de las bombas y las guerras, joder que bonito.

¿Cómo escoge un grupo su nombre? ¿Podéis contar de dónde viene el vuestro?

Un grupo debe coger el nombre al azar. Otra manera es que cada componente elija un nombre y que lo traiga al local, y cuando estén todos dentro encerrarlos tres días con un cuchillo, un plátano y una pelota de playa, y os aseguramos, amigos, que saldrá el mejor nombre de todos los tiempos del Rock.

Nosotros no seguimos estos consejos, y así nos llamamos, pero lo registramos ebrios y ahora es un lío cambiarlo. El nombre viene del magnífico Valle-Inclán, que un día nos vio ensayar y a modo de reverencia nos dijo: “Me quito el cráneo, señores”.

Habladnos de vuestras letras: son disparatadas y divertidas. ¿Responden a un estado de ánimo? ¿Qué mensaje buscáis transmitir? ¿Y de dónde nacen las ideas?

Escribimos las canciones con una zambomba, así nos fijamos más en el ritmo y en las letras. Cuando nos disponemos a escribir las letras, escribimos palabras en papeles pequeños y los lanzamos al aire, a los cuatro días, los que han sobrevivido a las limpiezas diarias, los recogemos y, según el orden en el que vamos encontrándolos, formamos frases y salen canciones. Esta idea realmente no es nuestra, se la copiamos a David Bustamante.

¿Qué influencias musicales tienen los integrantes de Me quito el cráneo?

Quizás sea la bachata. Pero a veces nos salen estilos inventados, como la música Interestelar Maldita, o el ritmo del Cabezón andante. Si tuviéramos que elegir uno sin duda me quedaría con El Parlanchín Ignorado.

¿Podríais describirnos vuestro local de ensayo? ¿Qué se vive ahí?

Sí, podríamos describirlo sin ningún problema, pero como siempre salimos ebrios pues no nos acordamos. Si acaso alguna imagen borrosa de un montón de cachivaches raros, desde ropa interior de fans hasta cuadros de Dalí, pero… ¿Tenemos realmente un local de ensayo o es el recuerdo de algún trastero en el que hemos acabado algún sábado por la noche?

¿Cuál fue la primera actuación/concierto que disteis? ¿Dónde fue y cómo la recordáis?

El primero fue en la casa okupa La Dragona, al lado del cementerio, pero el problema fue que nos engañaron, y pensábamos que íbamos a tocar en una comunión, y claro, el vestuario no era el apropiado para una casa okupada. Aún así fue todo un éxito, ya que acabamos comprando la casa y dando trabajo a mucha gente, porque a nosotros nos gusta vivir como marqueses del s. XVIII, con sus carruajes en la puerta y demás. Ah, y mucha servidumbre.

La ley de Murphy suele estar muy presente en los directos… ¿Qué es lo peor que os ha ocurrido encima de un escenario?

Que el cantante sacara su miembro viril a relucir en directo e intentar improvisar el resto de la banda algo para que pudiera seguir el ritmo, pero su hijo que estaba a dos metros de él nos confundió aplaudiendo sincopadamente, y nosotros, que somos mucho de perder el ritmo, pues eso, nos perdimos. Nuestras madres vienen asiduamente a todos los conciertos desde ese día, aún nos preguntamos porqué.

¿Cómo recordáis la grabación de vuestro primer EP con Paco Loco?

Paco es maravilloso, nos transmitió su locura. Fue como un campamento de verano con colegas pero siendo adulto y yendo en semana santa… y con muchas lucecicas y trastos vintage. Lo único que cambiaríamos serían las fiestas del pueblo de al lado, que nunca coincidieran con los días de grabación.

Recomendadnos un momento del día para escucharos…

Sin lugar a dudas haciendo la declaración de la renta.

¿Cuáles serán vuestros próximos pasos?

Estamos preparando una ópera rock, sobre un perro que quiere ser una gallina, pero nunca lo consigue. Acaba enjaulado en un manicomio para perros, pero todas las mañanas canta y avisa a sus carceleros que amanece, y él… es feliz.

Para cerrar la entrevista nos gustaría que respondierais a una serie de preguntas rápidas… ¿Vino o cerveza?

Cerveza. Doble. Fría. En jarra. Al sol. En agosto. Y en buena compañía. Ah, y sin deudas.

El lugar perfecto donde querríais tocar sería…

En Las Ventas, pero mientras hay una corrida.

Una película que os haya marcado

Vente a Alemania, Pepe.

¿Fiesta o siesta?

Siesta antes de la fiesta, y tira de esta.

Personaje favorito de los Simpsons

Matt Groening.

Superpoder soñado

Tener un personaje favorito de los Simpsons.

Un concierto al que hayáis ido y no olvidareis…

Georgie Dann. Esto es real, lo vimos en Galicia un verano.